Creías que era un mito, pero no lo es. Comer rápido no solo engorda, sino que puede producir gases, dolor abdominal y problemas digestivos. ¿Quieres saber cómo evitarlo?
Comer contra reloj es uno de los hábitos más frecuentes en nuestro día a día. Llegas tarde, tienes mucho trabajo y no puedes “perder tiempo”, o estás atravesando un periodo de mucho estrés y ansiedad… Existen muchas razones por las que al final terminas abalanzándote sobre la comida y engullendo rápidamente.
Te pido que pienses y me contestes a esta pregunta: "¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste de la comida sin pensar en el tiempo?". Si no eres capaz ni de recordarlo, algo va mal y tienes que modificar algunos hábitos. Te cuento por qué te conviene ir más despacio y cómo hacerlo.
¿POR QUÉ ES MALO COMER RÁPIDO?
Comer de esta manera tiene consecuencias inmediatas para la salud. Por diversos motivos:
Puedes engordar. Para empezar, tomas una cantidad inadecuada de alimentos. El cerebro tarda unos 20 minutos en recibir la señal de saciedad del estómago, por lo que si comes rápido, en este tiempo comes más alimentos de los que tomarías si vas más despacio.
No masticas bien. Según un estudio de la Universidad de Rhode Island (EE. UU.), masticar lentamente también ayuda a no engordar. Es importante masticar bien los alimentos porque lo que no mastiques adecuadamente llegará al estómago casi entero y el trabajo de digestión será más complicado y molesto. Comiendo más despacio, activarás y liberarás, a través de la saliva, sustancias químicas que hacen que los alimentos se digieran mejor. De este modo, evitarás dolor de estómago, estreñimiento y gases, que pueden acabar provocando también dolor de cabeza y mal aliento.
¿CUÁNTO TIEMPO DEBE DURAR UNA COMIDA?
¿Cuántas veces habré escuchado la misma pregunta en mi consulta? Pues el tiempo medio que ha de durar una comida o una cena debería ser al menos unos 20 minutos –aunque lo ideal es que ronde los 30 o 40 minutos–, que es el tiempo que tarda en enterarse el cerebro de que está comiendo y cubriendo necesidades, no solo bioquímicas y nutricionales, sino también emocionales, del acto de comer. Sé que no es fácil, pero puedes lograrlo.
¿CÓMO PUEDO DEJAR DE COMER RÁPIDO?
Te recomiendo que el desayuno –por poco que comas– lo hagas sentada y sin agobios. Es un hábito muy saludable. Si has dejado de hacerlo, ¡recupéralo! Ponte la alarma del despertador unos minutos antes si es necesario. Esos minutos son un regalo para tu salud, tu mente y tu figura.
En la comida siéntate, no comas de pie y mastica bien. Céntrate en lo que comes, aunque lo hagas en compañía. Deja el tenedor en el plato entre bocado y bocado. Intenta centrarte en el aquí y ahora, disfrutando cada bocado. Es más, creo que si comes pensando que lo que estás comiendo te va a sentar bien, te sentará bien.
Si tienes hijos, a la hora de cenar, procura que esté todo en la mesa antes de sentarte, para poder comer tranquilamente y no tener que ir levantándote. Y si ya son mayores, que se busquen la vida un poquito ellos solos. Que siempre viene bien.
¿CÓMO PUEDO DEJAR DE COMER CON ANSIEDAD?
A veces, comer deprisa no quiere decir hacerlo en dos minutos, sino comer mucho y con ansiedad. Es algo habitual en reuniones festivas, encuentros familiares, etc. Las consecuencias también son poco saludables: comes demasiado, sin control, sin masticar y acarrea los problemas que ya te he contado al principio de gases, dolor estomacal...
Si te encargas tú de cocinar, tienes que poder sentarte a la mesa para comer tranquilamente. Por eso te recomiendo que optes por preparaciones que se puedan dejar casi hechas.
Ya que haces de anfitriona, procura servir raciones adecuadas. Lo ideal es que sean raciones individuales y que no dejes grandes fuentes de alimentos en el centro de la mesa para que cada cual se sirva, porque es más fácil ponerse raciones demasiado grandes y repetir.
Espera a que acaben todos los comensales, recoge la mesa y sirve el siguiente. Sin prisas. Así darás tiempo a iniciar la digestión. Aunque sean unos minutos, ayuda.
PLATOS QUE TE AYUDARÁN A COMER DESPACIO
Tropezones en tus cremas y caldos. Harán que comas más despacio. Pueden ser de pan centeno o espelta o integrales o verdura o pipas de calabaza o girasol.
Carnes con hueso. Como el conejo , que te obligan a ir más despacio para sacar toda la carne.
Pescado entero. Si lo sirves en filete, no te entretienes tanto como si tienes que ir retirando la piel y las espinas, lo que te obliga a ir poco a poco.
Marisco. Las texturas duras, como la de sepia o calamar, junto con los moluscos, te “entretienen”.
Crustáceos. Pelarlos ralentiza la comida; y aún lo hace más si te gusta chupar las patas y las cabezas.
Fruta entera. No la sirvas como una macedonia, sino en piezas enteras, que haya que pelar y partir en cada bocado y para una optimización de nuestra nutrición es mucho mejor consumirlas siempre a mitad de mañana o mitad de tarde, nunca después de comer o cenar
Bizcocho casero fit con pasas. O con arándanos o frutos secos. Te obligarán a masticar más antes de tragarlo.
Y si después de leer estos consejos te ha entrado hambre, no olvides mirar todas las recetas que tenemos en este blog.
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